Vas
caminando por la calle pensando en tus cosas cuando de pronto aparece
un niño de la calle y te pide dinero ya sea porque tiene hambre o ya sea
que ande trabajando. ¿Qué haces? ¿Le das el dinero? El
sentimiento de culpa, ternura o de lo que sea invade tu cuerpo y tu
pensamiento porque piensas que lo correcto es ayudar a ese pequeño niño
desafortunado.
Pero
tal vez no estás ayudándole a pagar nada, ni su leche ni sus frijoles y
probablemente los que terminan pagando son ellos… y las consecuencias
son desgarradoras. Por lo pronto, a manera de listado te mostramos por
qué darles dinero a los niños de la calle no es lo mejor que puedes
hacer por ellos.
1. Fomentas la explotación infantil.
La
lógica muchas veces detrás de entregar una simple moneda de 5 o 10
pesos recae en la idea que de no darle dinero, los niños tendrán la
golpiza de su vida, pero de hacer lo contrario el padre, madre o “jefe”
del niño exigirá una cierta cantidad de dinero regularmente, como una
cuota. La limosna entonces se convierte atractiva no sólo para el
explotado, sino también para el explotador.
2. Financias sus adicciones
Los
niños de la calle por factores circunstanciales se encuentran más
vulnerables a encontrarse con drogas y por ende, consumirlas. Lo único
realmente que separa a un niño de la calle del acceso a dichas
sustancias nocivas es el factor económico; el varo. Un niño callejero,
sin la protección de sus padres, sin una educación formal y sin una
guía emocional le será bastante fácil elegir las drogas sobre cualquier
otra cosa.
Esto
lentamente se convierte en un círculo vicioso: “a nadie le importo
porque estoy en la calle y estoy en calle porque a nadie le importo”.
3. Los niños nunca verán el dinero (pandillas).
Muchos
de estos niños al igual que el mercado ambulante, tienen que pagar
derecho de piso para poder conseguir dinero. Esto quiere decir que un
gran porcentaje de lo que ganan va directo a pandillas y crimen
organizado que controla quien puede o no limosnear.
4. Les defines un rol.
Sólo
hay dos posiciones: el que da y el que recibe. La característica
principal de la gente que pide en la calle es la conmiseración, esto
quiere decir que la gente que pide limosna apela a la lástima a cambio
de “apoyo económico”. No estas apoyando a su educación ni mejoras si
situación en ningún aspecto, los niños se condicionan y prefieren eso a
estar en sus casas o la escuela.
5. Los mantienes ahí, en la calle.
Hay
averiguaciones por parte del Tecnológico de Monterrey que indican que
los niños ganan alrededor de 30 a 60 pesos en una hora, con sólo
trabajar aproximadamente durante 3 o 4 horas al día, se gana mucho más
que con el salario mínimo establecido en México. No se requiere esfuerzo
ni invertir mucho tiempo. Entonces se convierte en un sistema bastante
cómodo del cual no querrá salir.
¿Entonces qué hacemos?
Ante
esta situación lo mejor que puedes hacer es donar directamente el
dinero a asociaciones civiles y de beneficencia que apoyan y protegen a
los niños desamparados, esos pequeños pesos que se otorgan y que por lo
regular se traducen en golpes, extorsiones o drogas pueden ser
fácilmente sustituidos por un refugio, una comida caliente y un lugar
higiénico.
De
la misma manera, puedes apoyarlos en especie, con esa comida que te
sobró, papel de baño y demás artículos que pueden ayudarlos a tener una
vida mucho más digna. Piensa dos veces antes de regalar esa moneda, lo
más seguro es que haces más daño del que reparas.
¿Tú les das dinero a los niños de la calle?
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