Cuando en el mercado te pasas por la sección de jabones y te detienes
un momento para elegir cuál llevar, es probable que te encuentres con
numerosas opciones. Neutros, con fragancias, de colores, formas extrañas
y por supuesto, los mágicos jabones antibacteriales, que son los que
comúnmente se venden en mayor cantidad. Sin embargo, ¿sabías que no
existe evidencia alguna de que el uso de jabón antibacterial sea más
efectivo que los demás cuando se trata de luchar contra las bacterias?
De hecho, ¿sabías que los expertos aseguran que en realidad es hasta más
peligroso?
Pues éstas y algunas otras de las mentiras que te han vendido en el
comercial que viste en la televisión fueron derrumbadas recientemente
tras una serie de investigaciones de la agencia US FDA (United States
Food and Drug Administration). Acompáñame en este recorrido para ver
algunos de los resultados y para conocer estos 5 motivos para no volver a
usar jabón antibacterial nunca más.
5. El jabón antibacterial daña el medio ambiente
Uno
de los compuestos que hacen antibacterial a un jabón es el triclosán,
un potente agente antibacteriano y fungicida presente también en
diversos cosméticos, productos de primeros auxilios y desinfectantes.
¿Cuál es el problema entonces? Que los jabones antibacteriales tienen
enormes cantidades de triclosán y cuando utilizamos el jabón, el 99% de
las veces lo hacemos en un desagüe.
Si bien muchos países cuentan con sistemas de tratamiento de aguas
residuales, se ha demostrado que el triclosán resiste la gran mayoría de
éstas. Una vez llega a ríos, arroyos y demás, el triclosán tiene la
capacidad de interrumpir el proceso de la fotosíntesis en algas y
vegetaciones costeras. Por otro lado, también se encontró que el
triclosán es absorbido por los vegetales, persiste allí y luego, cuando
los animales se alimentan de los mismos, la sustancia pasa a la sangre,
habiéndose registrado preocupantes cantidades de triclosán en la sangre
de delfines y varios animales acuáticos.
4. Puede provocar distintos problemas de salud
La
publicidad ha sido fundamental en esta problemática, mostrando jabones
prácticamente mágicos, que “eliminan el 99.9% de las bacterias” y demás.
La cuestión es que actualmente, los jabones con triclosán (jabones
antibacteriales) están en todas partes y son los que más se venden, pero
mientras la gente los compra creyendo que así estarán más protegidos
contra las bacterias peligrosas, en realidad se están exponiendo a
mayores riesgos en la salud. Existe evidencia de que los niños más
expuestos al triclosán tienen más probabilidades de sufrir de alergias
de toda clase y los científicos creen que ello sería el resultado de la
reducción de la exposición a las bacterias, necesaria para el desarrollo
y funcionamiento del sistema inmunológico.
Existen estudios que también mencionan como el triclosán interfiere
con contracciones musculares en las células humanas, la actividad
muscular en ratones de laboratorio y en peces pequeños. Lo más
preocupante es que el triclosán tiene gran facilidad para penetrar el
organismo y entrar al torrente sanguíneo, encontrándose elevados
porcentajes de triclosán en la sangre, la orina e incluso hasta en la
leche materna. De esta manera, el sistema inmunológico, que nos defiende
las bacterias peligrosas, se vuelve cada vez más débil y a mayor
escala.
3. Puede provocar desequilibrios hormonales
Una
serie de estudios recientes acerca de los efectos del triclosán a nivel
hormonal demostró que el jabón antibacterial y los residuos de
triclosán funcionan como un interruptor endocrino. Más precisamente, 2
experimentos en el laboratorio encontraron que ratas, ranas y otros
animales tienen varios cambios y anomalías en el funcionamiento de la
hormona tiroidea. Al funcionar como un interruptor endocrino, es decir
como disruptor hormonal, no sólo podría ocurrir lo mismo en los seres
humanos, sino que existe la posibilidad de que se desarrollen problemas
más serios en consecuencia, desde problemas como la infertilidad y la
pubertad precoz a la obesidad y hasta el cáncer. Dados los mínimos
beneficios del triclosán, que por supuesto que los tiene, los riesgos y
la exposición prolongada son una gran preocupación.
2. El jabón antibacterial puede producir bacterias más resistentes
La
resistencia bacteriana no es una novedad. Bien sabido es que estos
complejos microorganismos, los más abundantes del planeta, tan
esenciales como peligrosos para la vida, son capaces de adecuarse a los
más diversos medios, desarrollarse y sobre todo, volverse cada vez más
resistentes. Es por ello que el uso intensivo de antibióticos,
desinfectantes y agentes como el triclosán (que define a un jabón
antibacterial) es algo para nada recomendable, pues lentamente genera
resistencia en las bacterias.
Las bacterias mutan y se desarrollan para sobrevivir a como de lugar,
logrando inmunizarse a diversas clases de sustancias químicas,
incluyendo las que antes las exterminaban. El uso frecuente y extendido
del triclosán elimina a las bacterias, pero sólo a las que no han
mutado, no a todas. A la larga, el grupo de sobrevivientes puede
proliferar y crecer lo suficiente como para volver inútil a este agente.
La bacteria MRSA es el mejor ejemplo en estos términos, una bacteria
que ha mutado y desarrollado resistencia a diversos medicamentos y
agentes desinfectantes. Esta problemática es tan grande que actualmente
la OMS (WHO) lo considera como una “amenaza para la seguridad sanitaria
mundial”.
1. El jabón antibacterial es igual de efectivo que el común y agua
Finalmente,
ya con todo dicho acerca de la verdad sobre los jabones
antibacterianos, no queda más que señalar el hecho de que está
científicamente comprobado que el uso de un jabón antibacterial es igual
de efectivo que un jabón común y agua, sólo que el primero trae una
serie de consecuencias considerablemente peligrosas para el organismo,
nuestra salud y también el medio ambiente. Se trata de un problema
realmente serio y aunque aún se le presta muy poca atención, la FDA y
diversas organizaciones lo vienen estudiando desde hace más de 42 años.
En este tiempo, no se encontró evidencia alguna de que el jabón
antibacterial tenga algún beneficio para la salud y tampoco de que sea
más eficaz que uno común. Sin lugar a dudas, la gran responsabilidad la
tienen los medios y la publicidad, ofreciéndoles a los consumidores un
producto falso que los crédulos compran esperando proteger a sus
familias y sus seres queridos de enfermedades u otros peligros, mientras
que no se trata más que de un gran engaño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario